Cuando me metí en el mundo de pintar en tres dimensiones lo peor para mí era dominar técnicas y aplicarlas a la mini en concreto.
Tras mi primera mini, me embarqué en este delicioso proyecto: pintar un muñeco Wall-e que mi mejor amiga me dio.
No tengo fotos del estado en el Wall-e se encontraba cuando llegó a mis manos, pero tenéis que echarle imaginación y pensar en una especie de muñeco rosa con muchas (pero muchas), en serio, MUCHAS capas de pintura.
Y os preguntaréis: ¿Cris, por qué Wall-e era tan rosa?
Bien, como os comento mi amiga me lo regaló, pero como reto hacia mi persona. Ese muñeco lo compró ella para que sus primas pequeñas lo pintaran y como no lo acabaron ¿¡CÓMO VAMOS A DESAPROVECHAR UNA COSITA TAN ADORABLE!? 😊
Cuando por fin me decidí a pintarlo fueron muchas las dudas que vinieron a mi cabeza: ¿Qué amarillo le irá bien? ¿Cómo pinto las partes más pequeñas? ¿Cómo hago el efecto oxidado? ... Y así, un sinfín más.
Finalmente, me puse manos a la obra y el resultado fue el siguiente.
A partir de ese momento nació Cris "pintaminis" y mi pasión por el uso de acrílicos sobre las tres dimensiones.
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