Hace un par de semanas fui junto con el Club de Rol Thorondor (del que soy socia) a la Feria del Coleccionismo de Puerto Lumbreras, un pueblo a unos 40 minutos de mi natal Águilas, ambos en la Región de Murcia.
A parte de exponer minis, entre las actividades que llevamos estaba un taller de pintura de miniaturas.
En ese taller yo fui la docente uno de los días y la experiencia no pudo ser más maravillosa.
Como pintora de minis llevo poco, desde octubre del año pasado, sin haber pintado tampoco demasiado, pero como docente llevo ya unos cuantos años (aunque no ejerciendo, sí en continua preparación).
El arte, para mí, es una de mejores y más bonitas formas de expresión, lo que en edades tempranas ayuda a la consecución de miles de objetivos si somos capaces de enfocar bien la actividad y si sabemos utilizarlo correctamente como recurso.
Cuando un niño o una niña se ponen a pintar una miniatura, no lo sabe, pero aprende muchísimas cosas, como:
- Mejorar su capacidad de atención.
- Estimular su creatividad.
- Practicar la motricidad fina.
- Tener paciencia.
- Saber estar en silencio y concentrado en una tarea.
- Aprender sobre técnicas de pintura.
- Expresar lo que siente a través de la miniatura.
(...)
Y un sinfín de cosas más, según los objetivos que nos planteemos cuando llevamos a cabo la actividad.
Concretamente en ese taller tuve niños y niñas de diferentes edades. Cada uno se tomó el tiempo necesario para que la mini quedara a su gusto y, lo más importante, para dejarles volar su imaginación, no di instrucciones de colores concretos, sino que me dediqué a explicar técnica y ser una mera guía, dando libre albedrío a esas cabecitas pintoras.
La actividad fue un éxito y los niños y las niñas salieron muy contentos, pero es que yo también :)
¡Viva la Educación! y ¡Viva el arte!
Que maravillaa
ResponderEliminarGracias, tesoro. Eres un apoyo constante 🙂
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